miércoles, 19 de noviembre de 2008

Nicolás de Oresme. Consecuencias de la devaluación de la moneda.

Nicolás de Oresme. Consecuencias. (Parte 2). Lara Herrero Pedrero.
Las consecuencias de la devaluación de la moneda (reducir su valor intrínseco), producirá un aumento de los precios. Los grandes mercaderes solicitaran la devolución de sus préstamos en monedas de plata y la devolución se producía con monedas de un menor valor material, exigían un interés. En Castilla la práctica del vellón, como moneda para estas devoluciones, será muy negativa en el siglo XVII, hasta 1.680.
Siguiendo la teoría de Oresme el príncipe perdería dinero, debido a que la acuñación requiere una serie de costes. Por ello nos encontramos en el tratado de Oresme, cómo propone que el valor nominal sea mayor que el valor intrínseco. El gobierno no controlaba la reserva fraccionaria bancaria y papel moneda, pero podía alterar la estampación de los certificados en las monedas, o cambiar el contenido de las monedas manteniendo el mismo certificado. De esta forma se aumentaba la oferta monetaria nominal. Esto permitiría al estado pagar sus deudas acordando letras en términos nominales. Pero Oresme se dio cuenta de que la oferta monetaria nominal era poco trascendente.
Oresme desarrollará una serie de conclusiones debido a los cambios que estaba desarrollando en esos momentos la economía:
1. El príncipe acabará controlando la moneda pero también contará con la ayuda del Parlamento.
2. Las operaciones de demandan tendrían que estar sujetas a cambios pero sin ánimo de lucro. La manipulación (la inflación) conduce a la explotación y tiranía. Los políticos inducen cambios en la oferta nominal de dinero, con ello, enriquecen al estado a espaldas de los ciudadanos. Oresme remarcó que el estado saca buen partido de la inflación. Nicolás afirma que la codicia del estado fue la raíz del nacimiento de la inflación; y que, cuando cayó en esa tentación, se volvió un tirano. Lo refleja en un fragmento de su Tratado:
“Soy de la opinión que la principal y causa final de por qué el príncipe pretende tener el poder de alterar la acuñación es debida al beneficio que puede obtener de ella aunque, por otra parte, es una tarea totalmente inútil. Propongo, pues, dar plena muestra de que tal beneficio es injusto. Por cada cambio sobre el dinero, excepto en casos muy raros […], la manipulación significa falsificación y engaño, y éste no es el derecho que pueda tener el príncipe como se ha visto anteriormente. Por lo tanto, desde el momento en el que el príncipe, de forma injusta, se hace con este indebido privilegio, es imposible que sea justificado como beneficio. Además, la cantidad de beneficio que ha tomado el príncipe es necesariamente la pérdida de la comunidad. Cualquier pérdida que el príncipe imponga a la comunidad es injusto y un acto digno de un tirano y no un príncipe tal y como dijo Aristóteles. Y si el tirano miente diciendo que tal beneficio es en favor público, no ha de ser creído, porqué de igual forma podría tomar mi abrigo alegando que lo ha hecho para la necesidad pública. San Pablo dijo haz el bien y evita el mal. Nada obtenido mediante la farsa será usado con buenos propósitos jamás. Otra vez, si el príncipe tiene el derecho de realizar una simple alteración en la acuñación e ingresar algún beneficio de tal acción, también tendrá el derecho de hacer mayores alteraciones y obtener mayores beneficios, y al hacer esto más de una vez lo seguirá repitiendo en el futuro… Y es muy probable que el príncipe o sus sucesores sigan haciéndolo lo mismo cada vez que lo deseen o también por deliberación de su consejo tan pronto como les sea posible ya que la naturaleza humana está inclinada a amontonar riquezas que vengan fácilmente. Por lo tanto, el príncipe no dudará en sacar casi todo el dinero o riquezas de sus súbditos hasta reducirlos a la esclavitud. Éste es un acto tiránico; realmente es una absoluta tiranía como ya han dicho los filósofos y sus antecesores en la historia.”

Resaltaba que un cambio en el valor nominal de la oferta monetaria, no ayudaría a la economía. . La oferta monetaria nominal es por si misma irrelevante a los efectos de los intercambios monetarios.
3. La alteración de la moneda o su falsificación del valor. La usura. Oresme apuntó cuatro razones basándose en la Ley de Gresham, la falsificación, la disminución del comercio, y el engaño que conduce al derroche. En este fragmento Oresme destacará como “el mal dinero desplaza al buen dinero” sólo bajo el impacto del control de precios fijos, es decir, los ciudadanos están obligados por ley a aceptar las nuevas monedas de peor calidad en las mismas condiciones que las antiguas monedas. En una economía libre, el mejor producto siempre desplaza al peor. Según Oresme:
“[…] Semejantes alteraciones y falsificación disminuyen la cantidad de oro y plata en el reino y de metal precioso. A pesar de cualquier prohibición, es trasladado al exterior donde tiene mayor valor. Los hombres intentan llevar su dinero a aquellos lugares donde creen que será más valioso, y esto reduce la cantidad material de dinero en el reino.”
Oresme también destacó que la falsificación oficial puede invitar a los falsificadores extranjeros a aprovechar la oportunidad presentada por la devaluación de la moneda “y de este modo robar al rey los beneficios con los cuales él había pensado hacerse”. Oresme se daría cuenta de que el valor nominal podía enriquecer al rey, aunque salvo alguna excepción, este lucro no se tendría que haber producido. Según Oresme:
“Otra vez, a razón de estas alteraciones, las buenas mercancías o riquezas naturales dejan de entrar en el reino donde se comercia, ya que los mercaderes —quedando el resto de cosas igual— prefieren pasar de largo a esos lugares en los cuales reciban dinero sano y bueno. Más aún, en tal reino el comercio interno se ve perturbado y entorpecido en muchos sentidos debido a tales cambios; y mientras éstos permanecen, las rentas del dinero, pensiones anuales, alquileres, cesiones y similares, como ya es bien sabido, no pueden ser justamente tasados o valorados. Tampoco el dinero puede ser prestado ni tomado, y muchos se niegan a hacer obras caritativas en este entorno. Así pues, la buena cualidad del metal en las monedas, los mercaderes y todas estas cosas son necesarias o de gran utilidad para la humanidad; y su opuesto es perjudicial y dañino para la comunidad civil entera.”
Hay que destacar que Nicolás de Oresme sería pionero en anticipar la idea sobre la teoría austriaca basada en los ciclos económicos. Oresme añadió:
“El príncipe puede sacar casi todo el dinero a la comunidad y empobrecer terriblemente a sus sirvientes. Y como una enfermedad crónica ésta es más peligrosa que no otras porqué actúa de forma casi inapreciable. Y es que la extorsión cuanto más disimulada más peligrosa ya que su lenta opresión no parece que sea tal. Por lo tanto, ningún gravamen puede llegar a ser más pesado, más general o más severo.”
La Usura. Uno de los factores más importantes para Oresme siempre fue la moral sobre la producción de dinero. Para él, el cambio de dinero y la usura pueden ser aceptados bajo ciertas circunstancias, y aún así la condena. Pero la falsificación nunca se tenía que permitir. Oresme defendía que el “cambio de nombres” jamás debía ser producido. La alteración en el peso, “repugnante y un fraudulento robo”, que estas alteraciones del dinero eran “opuestas a la forma de actuar de la naturaleza”. Son peores que la usura, porqué la usura, al menos, nace de la voluntad contractual entre el deudor y el que facilita el crédito pero las alteraciones se hacen sin un contrato. Por ello la falsificación y la usura debían ir acompañadas de las penas más duras, incluso la muerte. Estas penas eran consecuencia, no sólo de atacar la moneda, sino la propia figura del rey. Oresme afirmaba:
“El usurero presta su dinero a alguien para que éste lo tome sobre su libre voluntad y para que disfrute del uso del mismo y alivie sus necesidades; y el excedente que devuelva sobre el principal habrá estado determinado bajo la libertad de contrato entre las partes. Pero un príncipe, por medio de un innecesario cambio en la acuñación, toma de forma evidente el dinero a sus súbditos en contra de su voluntad substituyendo el viejo dinero por el nuevo como si fuese mejor, y nadie lo quiere. Los súbditos innecesariamente y sin ninguna posible alternativa tomarán el dinero de peor calidad… Y en la medida en la que el príncipe recibe más dinero, en contra y más allá de la naturaleza del propio dinero, ese dinero ganado es igual a la usura; pero peor que ésta ya que no versa en un acto voluntario sino que va en contra de la voluntad de los súbditos, incapaces de sacarle beneficio y siendo un acto totalmente innecesario. Mientras que el interés del usurero no es excesivo, o más generalmente injusto a la mayoría, este impuesto impone tiranía y fraudulencia en contra de la voluntad de la comunidad entera. Dudo si a esto no se le tendría que llamar robo con violencia o extorsión fraudulenta.”

En conclusión, Oresme fue más allá intentando establecer las primeras teorías del dinero, las primeras teorías sobre el valor intrínseco de la moneda, la responsabilidad del poder político en la acuñación, etc. Y condenaría las consecuencias que surgirían con la devaluación de la moneda.

1 comentario:

David Alonso dijo...

Buenas entradas, Lara. La próxima vez cita la bibliografía o fuentes utilizadas. Es algo básico en el trabajo del investigador.
Un saludo