miércoles, 4 de febrero de 2009

Balance final de la asignatura

En mi segundo año de carrera gracias a la asignatura de Historia Moderna de España (Profesora: Elisa Martínez Vega) logre comprender las grandes estructuras que componen la Edad Moderna (demografía, sociedad, política, cultura y economía). Gracias a sus clases comprendimos la incidencia de la economía de la Monarquía Hispánica en el mundo. Aprendí bastante sobre Revolución de los precios, tema al que le dedicó bastante tiempo por la dificultad técnica que conlleva. Sin embargo nos centramos sobre todo en el siglo XVI, quedando el XVII y sobre todo el XVIII algo olvidados, debido a la desafortunada falta de tiempo que siempre impide acabar los programas.
Asimismo, gracias a la asignatura de Historia Moderna Universal (profesora: Herrero Quesada), destacamos menos la economía, pero a pesar de ello, repasamos las grandes líneas: Mercantilismo (Colbertismo), Fisiocracia, Revolución de los precios.
Globalmente antes de llegar a la asignatura de Historia económica de la Edad Moderna tenía una serie de nociones básicas, y un gran interés, pues hasta entonces la economía me había parecido demasiado compleja, pues he tenido una formación literaria.

Ahora, habiendo finalizado el programa y las clases del primer cuatrimestre, he asentado más y profundizado más en la economía moderna. Lo que más me ha llamado la atención ha sido saber que la Historia estaba “viva”. De alguna manera, había interiorizado, de un modo tal vez inconsciente, que las nociones, temas o hechos que nos explicaban los profesores eran hasta cierto punto verdades incontestables. Al leer los manuales también tenía esta impresión. Al estudiar, al analizar la historiografía, al repasar las ideas de grandes economistas e historiadores (Wallerstein, Yun Casalilla, etc.) he visto como la historia no es estática, ninguna verdad es incontestable y estamos más influenciados por el mundo que nos rodea, que lo que podemos pensar. Toda esa nueva visión me ha parecido al mismo tiempo fascinante y miedosa, por todo el peso y la importancia que conlleva afirmar algo.
Asimismo, el estudio del pensamiento económico me ha parecido un tema muy interesante que no había estudiado. Gracias a ello he comprendido como los pensamientos bajomedievales se conectan tanto con los altomodernos. Santo Tomás de Aquino, Nicolás de Oresme, Colbert, Adam Smith, John Locke, etc, son figuras que recuerdo con claridad, sé situar en el tiempo y conozco su pensamiento a nivel económico y en algunos casos filosófico.
Por otro lado, el análisis, algo menos profundo, de nuevo por la falta de tiempo, de: la Agricultura, la Industria y los sistema financieros, ha sido también bastante enriquecedor. Como he comentado antes, he tenido buenas nociones en estos temas en la asignatura de Historia Moderna de España, de tal manera que en el ámbito Universal no sabía como funcionaba la agricultura, la industria, etc. Gracias a las clases y sobre todo al trabajo (Países Bajos) que hice he aprendido mucho en estos temas.
En definitiva, siento que he asentado más y mejor las bases y los grandes elementos que conforman la economía. La asignatura ha sido muy enriquecedora porque me ha permitido manejar nueva y mayor bibliografía, sabiendo a partir de ahora donde acudir para tal o cual consulta. Sin embargo, la falta de tiempo ha sido un handicap. Espero poder ampliar mis lecturas y seguir afianzando mis conocimientos, además de organizarme mejor, con mayor rigor y disciplina a la hora de hacer los trabajos e investigaciones, pues estos han sido quizás mis puntos flacos a la hora de sacar adelante la asignatura.
Bibliografía
Alvar Ezquerra, A. La Economía europea en el siglo XVI.
Floristán A. (coord.) Historia de España en la Edad Moderna.
García de Cortázar, J.A. y Sesma Muñoz, J.A. Historia de la Edad Media, Una síntesis interpretativa.
VV.AA. Historia económica de la España Moderna.
VV.AA., Manual de Historia Universal: Siglos XVI-XVII.


A partir del siglo XV podemos hablar de capitalismo para definir el sistema económico de la época moderna y contemporánea. En la primera fase del capitalismo (siglos XVI-XVIII) predominará la circulación, es decir, los intercambios, el comercio, el ámbito mercantil, de ahí que hablemos de mercantilismo para definir el sistema de política económica aplicado en el siglo XVI. La segunda fase (siglo XIX-XX) corresponde al desarrollo de la producción. El capitalismo, y concretamente la primera fase (que es la que aquí nos interesa) se generará gracias al espíritu emprendedor y el afán de beneficio que caracterizan a un grupo social: la burguesía (banqueros, mercaderes, empresarios, etc). Otro aspecto clave será la ampliación de horizontes de acción, es decir la búsqueda de nuevos espacios. No podemos evitar pensar en el descubrimiento de América, de nuevo ese espíritu emprendedor; el abandono de los miedos y tabúes que rodeaban al mar; y, el incentivo generado por los beneficios que representaba el comercio, están en el origen de la ampliación de las fronteras del Viejo Mundo. La inserción de los nuevos continentes en la sistema capitalista implicará la posibilidad de extraer nuevas materias primas y entablar nuevas relaciones comerciales. Relaciones no siempre igualitarias, en efecto, las colonias aportaban la materia prima, que se transformaba en el Viejo Mundo, a partir de ahí, podía dirigirse hacia nuevos mercados o regresar a la colonia. En este último caso, la colonia era totalmente dependiente de la metrópoli, pues no desarrollaba el nivel industrial necesario para convertirse en una potencia económica por si misma. Todo este espíritu nuevo, ésta ampliación de horizontes y ruptura de esquemas feudales, se dio precisamente por un aumento de las redes de intercambios comerciales en el corazón de Europa, y, a su vez, ese comercio pudo aumentar gracias a la creación y desarrollo de una serie de instrumentos que facilitaban los pagos. Así, en primer lugar, repasaremos la relación económica que existía entre las ciudades, a través de las distintas plazas financieras y ferias. En segundo lugar, analizaremos las distintas formas de pago que facilitan la circulación de capitales. Y, finalmente, en tercer lugar haremos algunas alusiones a las fórmulas hacendísticas de la época moderna.

Un organizado entramado de redes comerciales: Las Ferias.
Las Ferias son un instrumento clave para entender el desarrollo de la primera fase del capitalismo, la circulación. Pues gracias a ellas se intensificarán los intercambios y son básicas para el desarrollo de las técnicas de crédito.
Las Ferias son instituciones que nacen en la Plena Edad Media, se celebraban una vez al año, tenían una duración de 2 a 5 semanas, y estaban de algún modo promovidas por los monarcas, que para favorecerlas concedían privilegios y exenciones fiscales, pues fomentaban fuertemente el desarrollo de las ciudades en que se celebraban. Así, en las afueras de las ciudades se concentraban hombres y mercancías, que exponían sus productos. Pues se podían comprar todo tipo de objetos (útiles domésticos, armamento, etc.) y servicios (por Ej. El de algún artista). Sin embargo, y contrariamente a lo que se puede pensar, no se efectuaban solamente ventas, incluso éstas son menos importantes, que los compromisos de compraventa, claves para fomentar las operaciones a crédito. En efecto, existían pequeñas transacciones al por menor, junto a los negocios de envergadura protagonizados por los grandes comerciantes, y muchos de ellos sin estar en presencia de la mercancía, pues todo dependía de las características del objeto de la compra. Por otro lado, no todas las ferias tienen las mismas funciones ni la misma importancia. Así encontramos ferias de carácter comercial y otras de cambio, donde priman las cuestiones financieras. Podemos destacar como ciudades donde se celebraban las ferias más destacadas: Francia: Lyon (4 veces al año); Besançon, y más adelante Plaisence. Castilla: Medina del Campo (2 veces al año, en Mayo y Octubre); Villalón y Medina de Rioseco. Países Bajos: Amberes; Brujas; Ámsterdam (a finales del siglo XVI).
Las Ferias decaerán entorno al siglo XVII, conforme se desarrollen grandes núcleos urbanos, que tomarán la delantera. Éstas nuevas ciudades serán centros permanentes de negocios mercantiles y financieros, por tanto ya no son necesarias las celebraciones periódicas de las ferias. De tal manera que de las ferias pasamos a las lonjas o bolsas, que son estos nuevos centros permanentes en el seno de la ciudad. Las nuevas plazas comerciales cuentan con un lugar donde mercaderes, banqueros, cambistas y corredores se reunían para realizar sus transacciones. En un primer momento, dichas reuniones se hacían al aire libre, más tarde se establecerán edificios especialmente elaborados para ello. En Italia se conocerán con el nombre de Loggia (Ej. La Loggia dei Mercanti en Venecia), en España se llamaban Lonjas, destacan las de Barcelona y Valencia, en Países Bajos, concretamente en Brujas, el nombre dado a estos espacios es el de Bolsa, porque las reuniones tenían lugar frente a un hotel llamado Hôtel de Bourses (aunque el concepto actual de Bolsa, donde se negocia con valores tiene su origen en Ámsterdam a comienzos del siglo XVII).

Las nuevas formas de pago: Letras de Cambio, Endoso y Pagaré.
Recordemos que en la época moderna se identificaba riqueza y metales preciosos. De tal forma que para realizar transacciones y compras había que transportar de un lugar a otro dicho metal. Como en muchas ocasiones el transporte podía ser peligroso, y en consecuencia perderse el dinero, se establecieron sistemas que facilitarán los negocios al eliminar precisamente los riesgos del transporte de dinero líquido. La Letra de Cambio, además de convertirse en un instrumento de crédito, favorecerá precisamente este entramado comercial, pues muchas se negociaban en las ferias, porque permitirá transferir fondos de un lugar a otro, sin prácticamente riesgos.
La Letra de Cambio surge en la Edad Media, en Italia, entorno a los siglos XIII-XIV, a partir de entonces se extenderá al resto de Europa siendo muy utilizada. En un principio la Letra de Cambio era el documento en el que se anotaba solamente la obligación de pagar, con el tiempo se le añadió el mandato de pago a otra persona por parte del banquero a su delegado en el lugar de destino. Se unifica así en un solo documento la orden de pago y un recibo.
En la Letra de Cambio intervienen varias personas: Existen dos partes en la operación:
1ª operación: El Dador o Donador entregará la letra de Cambio al Tomador (que era un banquero o mercader) éste entregaba la Letra al Beneficiario, que pagaba al Librado (es decir al vendedor, del objeto que quería comprar el Dador).
2ª operación: El Librado entregaba una Carta de pago al Beneficiario, que a su vez le daba una copia al Tomador, que se la entregará a su vez al Dador, y finalmente éste pagará ( paga el precio del objeto más la transacción) al Tomador.
Es evidente que la Letra de Cambio no tiene una única forma de establecerse, es decir, este no es un esquema inamovible, pues pueden darse muchas operaciones que lo modifican. En efecto, a través de la Letra de Cambio se realizarán diversas operaciones:
Operación de transferencia de capital; Operación de crédito (pues el tomador adelanta el dinero, que el dador le pagará al final); Cambio de moneda (este se daba con frecuencia en las transacciones de carácter internacional). Las operaciones coincidían con las ferias, por eso, éstas últimas estaban organizadas para permitir una mejor circulación del dinero.
Otra formula que nace en el siglo XVI en Italia es el Endoso, aunque ésta práctica no se difundió al resto de Europa hasta el siglo XVII. El negocio está relacionado con las Letras de Cambio, porque permite utilizarlas como medio de pago con un tercero. Así, el Librado, que a veces tenía que esperar varias meses o años para cobrar su venta (pues el Dador, solía pagar a plazos), utilizaba las Letras de Cambio para comprar a su vez algún producto, y así sucesivamente. Como vemos, las Letras de Cambio van a circular rápidamente, permitiendo la compraventa a pesar de la ausencia de la moneda en el momento.
En la zona Norte de Europa la introducción de la Letra de Cambio fue más tardía, así que se empleaba un instrumento de similares características que es la Cédula obligatoria o Pagaré, que consiste principalmente en un documento de reconocimiento de deuda y de compromiso de pago en un tiempo establecido.
Todos estos instrumentos relacionados con el pago incidirán en el aumento del crédito, pero sobre todo incrementarán la velocidad de las transacciones. Dicha velocidad de circulación está relacionada con la Revolución de los Precios. En efecto, según la ecuación de Fisher (PxQ = MxV), si la velocidad de circulación del dinero (V) y la cantidad de bienes y servicios (Q) permanecía constantes, cualquier variación en la masa monetaria (M) afecta a los precios (P). Historiadores como Braudel y Spooner plantearán que la velocidad de circulación del dinero no es constante, como dice Fisher, sino que aumenta mucho en el siglo XVI, como consecuencia de todos estos factores que venimos explicando. De tal forma que hay que tenerla en cuenta a la hora de afirmar que la llegada de metales preciosos de América es la única causa que implique un aumento de los precios.

Hacienda, Finanzas y Deudas.
No podemos comparar la organización hacendística de nuestra época a la de la época moderna. Las principales partes que componen la Hacienda son: los Ingresos y los Gastos. Así hoy en día tendemos a organizar los gastos en función de los ingresos. Sin embargo, en la edad Moderna es una situación completamente diferente, pues se tiende a gastar sin tener en cuenta los ingresos. Por tanto, muchas veces los monarcas efectúan sus pagos sin tener aún la liquidez necesaria para realizarlos, por ello deben acudir al crédito.
A lo largo del siglo Xv y XVI, los gastos aumentarán principalmente por tres factores: la creación de una estructura administrativa más extensa y compleja; la diplomacia y la representación de los monarcas en el extranjero; y, sobre todo por los conflictos bélicos. De tal forma que se vuelve necesario aumentar los ingresos y organizar dicha recaudación de los recursos para que sea lo más efectiva posible. Para ello es necesario establecer una reforma hacendística. En efecto, en el caso de España los Reyes Católicos crearán una doble contaduría: La Contaduría Mayor de Hacienda, cuya función era la gestión y la Contaduría Mayor de Cuentas, que se encargaba del control. Sin duda la estructura hacendística de los Reyes Católicos fue muy acertada pues en ésta época aumentó la recaudación fiscal. Con Carlos I, se llevó a cabo una reforma con la creación del Consejo de Hacienda. En el caso de Francia, se mantuvo el sistema de Carlos VIII, y será modificado profundamente por Francisco I, con la creación del Trésor de l’Epargne, institución que contribuyó a la centralización del poder real y a la centralización de los ingresos. Tal vez, podamos ver en ésta centralización tan fuerte, la base de la rápida recuperación de Francia tras las derrotas que sufre en su enfrentamiento contra Carlos V, durante las Guerras de Italia. En el caso de Inglaterra, Enrique VIII construyó un sistema de recaudación sólido con pocos medios. Así desarrolló los Servicios financieros de la Cámara del Rey en detrimento de la burocrática Tesorería.
El desarrollo de la organización de la recaudación de recursos económicos es importante para aumentar los ingresos, pero no es la nunca fórmula. Estarán también el propio incremento de los impuestos, la aplicación de una política proteccionista que intenta mantener la mayor parte de los metales preciosos en las arcas reales (pues en ésta época constituyen la riqueza), y, finalmente, cuando no había suficiente liquidez (a pesar de haber aplicado los métodos anteriores), se recurría al préstamo, al crédito.
El crédito implicará una deuda, pues se deberá devolver lo prestado junto con unos intereses (los intereses son el precio que se paga por disponer del dinero de inmediato). Pero el banquero que efectúa el préstamo debe tener alguna garantía o seguridad de que recuperará lo prestado. Dicha garantía, en la edad moderna, son los ingresos y, en el caso concreto de España, los metales (oro y plata) que llegan de América. Como hemos dicho, el crédito implica tener una deuda con el banquero que nos ha prestado el dinero, tanto en el caso de un préstamo particular como en el caso de los Estados.
Podemos hablar de dos tipos de deudas: La deuda Flotante y la deuda Consolidada. En el reinado de Carlos V la deuda flotante se solventará mediante el contrato de asientos, se trata de créditos a corto plazo concedidos a la Real Hacienda. Pero con los años, la deuda se hará más grande y más difícil de llevar, con ello se llega a la deuda consolidada, momento en el cual se declaran las quiebras o bancarrotas, célebres en el reinado de Felipe II (en 1557; 1575; 1596). Declarar una bancarrota significa declarar una suspensión de pagos, admitir que la corona no tiene solvencia económica para pagar a los acreedores. Felipe II buscará convencer a los banqueros de que en el futuro tendrá solvencia económico, por ello adoptará una forma de vida austera, dando de algún modo el ejemplo. Asimismo, con las bancarrotas los asientos, se transformarán, en juros. Es decir, que de la deuda a corto plazo (asientos) pasamos a una deuda a largo plazo (juros).

La Banca: Pública y Privada. Interés y Beneficios.
Aunque como hemos visto anteriormente para acceder al crédito no era necesario pasar por la Banca, ésta organización se centró en los préstamos y depósitos. En el siglo XVI, los Bancos Privados predominaron sobre los Públicos. El Banco Privado tendrá, como acabamos de decir, mucha más importancia y difusión. Se relacionaba con el banquero, con el particular, así se identificaba al banco con el nombre del banquero. Era un lugar de depósito y de préstamo. Se desarrolló sobre todo en el ámbito Mediterráneo, flamenco y alemán. Su organización y desarrolló tuvo varios niveles. Existirán los cambistas, que realizaban operaciones de cambio de moneda y aceptaban depósitos; en Italia se van a dar los Bancos de empeño, que facilitan préstamos sobre prendas depositadas como garantía; pero el desarrollo más importante es de los grandes mercaderes que invirtieron parte de su capital en el préstamo a interés (Ej. Los Medicis en Italia). En este sentido destacarán los banqueros genoveses y toscanos. Entre los banqueros alemanes más importantes están los Fugger (conocidos por ser los banqueros de Carlos V), en España estarán los Espinosa y los Ruiz. Para entender mejor el desarrollo de la banca, y en general el del capitalismo, hay que partir de dos grandes conceptos: beneficio e interés. El beneficio caracteriza al empresario que tiene una idea y asume riesgos para llevarla a cabo. El interés es el precio del dinero, el precio que paga para obtener liquidez inmediata y así poder llevar a cabo su empresa. En Italia se crean los bancos de empeño, con los que se puede entender con más claridad la función del banco y del banquero en el sistema capitalista. En efecto, en Italia habrán una serie de burgueses que confeccionaban objetos en plata. Al acumular tanta plata decidirán custodiarlos, y para ello llevan sus piezas a un banquero (platero). El negocio del banquero será cobrar por guardar los objetos, y tras un plazo los devolverá a su dueño. Pero se va a dar otra modalidad, el banquero conserva las piezas y al restituirlas no entrega las mismas piezas sino una cantidad equivalente al metal entregado, aunque en éste caso no cobrará. En ese tiempo el banquero podrá prestar ese depósito a terceros, convirtiéndose en un intermediario entre el que posee el dinero (el que ahorra, dejando sus objetos de plata con el banquero) y el empresario (el que solicita un crédito), que tiene una idea o quiere establecer una empresa pero no dispone de dinero suficiente. El empresario pagará un interés por obtener de inmediato ese dinero que no tiene. Por otro lado, aquel que quiso ahorrar depositando su dinero o su objeto en el banco, cobrará un interés pero más bajo. El beneficio del banquero reside en la diferencia entre el interés cobrado al empresario (es un interés más alto) y lo que paga al ahorrador (es un interés más alto).
La Banca pública, también tiene un origen bajomedieval, pero tuvo un menor desarrollo en el siglo XVI que la Banca Privada. En cualquier caso, ambos tipos de banco mantienen una serie de características similares. Eso sí la principal diferencia es que la Banca Pública, contaba con el apoyo del poder público. De tal forma que realizaba las mismas funciones, pero con la finalidad de atender las crecientes deudas contraídas por el Estado o la ciudad. De nuevo, el Norte de Italia será pionero en este sentido, pues verá nacer la primera Banca Pública, la Casa de San Giorgio en Génova, y las replicas que tendrá en Florencia, Milán, Venecia, Barcelona y el resto de ciudades destacadas. En España la ausencia de una Banca estatal, obligará a la Monarquía Hispánica a concertar asientos, con grandes hombres de negocios. La garantía para estos préstamos eran las rentas reales que se recaudarían en los próximos años.

sábado, 31 de enero de 2009

Última entrada. Balance general.

Haber cursado esta asignatura de Historia Económica de la Edad Moderna me ha aportado varias cosas que valoro como positivas en lo que a mi carrera como historiadora se refiere.
Por una parte, he conocido un método de trabajo diferente al que estoy acostumbrada a usar para aprobar el resto de asignaturas. El hecho de tener que escribir un blog con los temas dados en clase semanalmente, sabiendo que cuanto más ampliada, completa y correcta sea la información, y más entradas se hagan más alta será la nota final, es una buena idea para empujar al alumno a estudiar con más frecuencia, a leer, a interesarse por lo que está haciendo, y no ser un mero observador que se limita a aprender a última hora. En mi caso, lamento no haber hecho más en este sentido, porque realmente lo considero muy positivo y he estado interesada, pero hacer dos carreras al mismo tiempo me ha limitado mucho el tiempo disponible para ello.
Haber participado en el trabajo de grupo me ha permitido aprender a hacer una buena labor como alumna universitaria. En otra ocasión también hice un trabajo para otra asignatura que me permitió dar un paso en este sentido, pero era en solitario y no era posible recibir tanta ayuda del profesor. Me parece muy adecuado el método de trabajo, en tanto que lo importante es ir avanzando, poco a poco, contando con ayuda del profesor, de los compañeros de grupo, del resto de compañeros, etc. He comprendido cómo se debe ir de lo general a lo específico cuando se investiga sobre un tema y de eso me llevo una muy buena sensación. Sin embargo, no sé si es porque en nuestro caso elegimos un tema complicado, por una cuestión de exigencia personal, o si es algo que le ha ocurrido a todo el mundo, la cantidad de trabajo me ha parecido más elevada de lo que esperaba. Demasiado quizá para contar con cuatro meses escasos de tiempo y para compaginarlo con otras asignaturas. De todas formas yo estoy contenta con el trabajo que he realizado, que por supuesto es mejorable, pero que ha contado con mi esfuerzo y dedicación.
Pasando ya al contenido de la asignatura en sí, me he sorprendido de alguna forma con lo que he encontrado. Realmente ya había recibido nociones de todos los temas que hemos dado, en las asignaturas de Historia Moderna Universal e Historia Moderna de España en segundo de carrera. Por eso no me ha costado seguir las explicaciones, aunque no todo me era igual de familiar. Pero mi idea previa general era muy estereotipada: siglo XVI de auge, siglo XVII de crisis, siglo XVIII de crecimiento y cambio; España atrasada – Europa adelantada; bullonismo en España y Portugal, colbertismo en Francia y mercantilismo comercial en Países Bajos – fisiocracia; etc.
Evidentemente estas ideas tienen su sentido y supongo que se explican de forma tan cuadriculada por una cuestión académica. Me alegro de haber podido comprobar que el mercantilismo no es considerado por todos como una práctica económica tan bien definida, o que el siglo XVII no fue tan nefasto como siempre se dice, que España también contaba con su desarrollo a pesar de las dificultades, y que la deuda pública no era algo tan negativo, sino dentro de lo normal en la época. También lo es ahora en muchos casos, por otro lado.
Una cosa muy concreta que conocía pero cuyo concepto no me quedaba muy claro era el de la letra de cambio. Era algo que arrastraba desde hacía mucho y que por fin he podido comprender. Algunas cuestiones económicas siempre me han costado, no sé por qué. Y esta era una de ellas. Afortunadamente termino la asignatura con el concepto claro...
Por otra parte, tengo que decir que el apartado de Historiografía con el que prácticamente empezamos la asignatura me resultó muy interesante. Suele ser el punto más pesado, pero en este caso me gustó mucho. Quizás porque me tocó hacer el blog esa semana y tuve que indagar un poco más en ello; no lo sé. En cualquier caso también es algo que no suele corresponderse con lo habitual, al menos en mi caso. Además de eso, el tema del pensamiento económico en la Edad Moderna me ha gustado siempre. Ver las diferencias en unos Estados y en otros, la evolución, lo que implica que en unas zonas se piense de una forma y en otra de otras, etc. Esto está bastante relacionado con el tema del trabajo grupal que he tenido que desarrollar; es mi debilidad: el pensamiento, la cultura, etc. Me gusta mucho. Y en general ya conocía bastante sobre ello, porque lo había visto tanto en las asignaturas de Historia Moderna como en la de Historia Económica en la Edad Contemporánea. Podía haber sido un punto más de mi trabajo de grupo, pero quise centrarme en otros puntos y, al fin y al cabo, ya sabía bastante sobre teorías económicas.
Una vez dicho esto, quiero hacer referencia a las exposiciones de grupo. En general me parece muy buena idea que sea posible acostumbrarse a hablar en público desarrollando temas que exigen un trabajo de síntesis y esquematización. Pero creo que la extensión de los trabajos habría requerido de más tiempo. Sé que no lo había, pero eso ha hecho que algunos trabajos no pudieran lucirse en ese sentido. Y es una pena, porque algunos estaban claramente bien preparados y no fue posible apreciar todo el esfuerzo de los compañeros. También es cierto que otras exposiciones no me permitieron comprender muy bien sus contenidos. En definitiva, creo que han sido un trabajo más, para todo lo que ya había que hacer, y no han cumplido del todo su objetivo, porque bien por falta de tiempo, bien por falta de una buena explicación, no siempre me han quedado claros los temas. De todas formas sé que se podrá acudir a los trabajos completos una vez estén todos entregados, así que se podrán usar para seguir ampliando conocimientos.
Para terminar y como balance quiero decir que las clases han sido agradables, con buenas explicaciones, con la posibilidad de participar para quien lo quisiera, y sin pasar por alto las dudas y conceptos que requerían de más tiempo. La economía de la Edad Moderna es algo complejo, que merece ser estudiado en términos generales pero también en cada uno de sus casos particulares. Hay mucho que conocer: industrias, nombres propios, redes de comunicación y transportes, prácticas económicas, etc.
Sé que he aprendido cosas y que cuento con un buen esquema general de los aspectos más importantes, pero me ha surgido un dilema, y es que ahora que sé más cosas me doy cuenta de lo poco que sé y de lo mucho que puedo conocer yendo a las fuentes. Eso es quizá lo que he sacado más en claro de esta asignatura: que hay mucho que aprender y que cotejar, que la economía moderna es más compleja de lo que parece a quienes no indagan en ella y que no se puede hablar nunca en términos absolutos.
El balance general es bueno y mis conocimientos más amplios, así que me alegro de haber cursado esta asignatura aunque estuviera fuera del plan de las optativas de mi especialidad, Contemporánea.

Eva Ramos.

sábado, 24 de enero de 2009

La industria: Inglaterra y España (siglo XVI).

La Industria
Hoy en día se habla de la Industria de forma diferente, en comparación a los años 60. Hoy entendemos que el trabajo artesano era mucho más importante para el desarrollo de la sociedad de lo que pensaban en su día.
Se pensaba que la Revolución Industrial era de las grandes fábricas pero hoy se la relaciona más con el domestic system. El crecimiento económico siempre se ha identificado con las grandes fábricas, pero a partir de ciertos estudios se entiende que el crecimiento económico era más diverso de lo que parecía. El modelo británico no es el único.
Las fábricas y las primeras plantas técnicas
Cuando se necesitaba un conocimiento específico para una nueva actividad técnica, se concentraba un mismo proceso en un mismo lugar, la fábrica. En la Edad Moderna ya hay concentraciones de trabajadores muy importantes, esta tendencia apareció en la Florencia medieval, en Flandes y se haría más corriente a partir de 1.500. Un ejemplo, es la fábrica de J.Winchcombe en Newbury que contaba con más de mil trabajadores.
A diferencia con el domestic system, éste es limitado en cuanto a su producción y el trabajador ponía su trabajo y sus herramientas. En las fábricas el empresario era quien ponía esas herramientas. Ésta concentración precoz fue excepcional y podían responder a la iniciativa del empresario. Pero quien realmente lo facultó fue el Estado. En este último trabajaban hombres y mujeres que vivían en el mismo sitio donde trabajaban. Las condiciones de vida eran muy desastrosas, se crearan orfanatos, entendidos como fábricas en algunas zonas.
Tanto en el siglo XVII como en el siglo XVIII, no estaban limitados a la industria textil, se fundaran altos hornos, que serán una gran novedad técnica muy importante en la Edad Moderna. Estas fábricas aumentaran debido a la concentración y al avance de la maquinaria. Un ejemplo son las minas de plata del Tirol, donde empleaban a alrededor de 7.000 trabajadores en el siglo XVII. Otros sectores destacados serán el azúcar, la sal, etc.
La idea clave y más importante es que existen antes de la Edad Contemporánea, aunque de forma minoritaria, serán espectaculares los establecimientos, sobre todo en Provincias Unidas, en Inglaterra y algunos territorios católicos.
Inglaterra
Durante el siglo XVI se manufacturaron dos tipos de tejidos de lana ; los paños y los estampados.
Los paños; son de un tejido muy fino. Dominaron el comercio inglés parte del la Baja Edad Media y del siglo XVI. De alta calidad y considerados un producto de lujo. Sería el producto dominante hasta ca.1.570.
Los estampados eran de peor calidad y su mayor ventaja será el precio. Los paños poco a poco naceran con el mercado y se entregaran de forma masiva al nuevo mundo, ya que se adaptaran mejor a los climas tropicales y semitropicales, al ser de peor calidad y no abrigar tanto.
Funcionaran de la misma forma en el Mediterráneo y en el norte de Europa. Además el estampado se podía alterar para adaptarlo al clima (con tintes oscuros, más claros, etc.). Estos nuevos paños además promovieron la expansión geográfica. Los estampados no necesitaban en su producción grandes corrientes de agua. Pero sí los nuevos paños. Así los primeros se podían situar más cerca de los mercados, esto suponía menores gastos en el transporte y un menor precio final.
Esta industria ayudó a la de los tintes y los nuevos paños se venderían en el comercio, lo que proporcionó un aumento del comercio y aumento de la riqueza de los mercaderes.
Otros sectores, como la construcción, se vió favorecida por el auge demográfico en el siglo XVI y por cambios en el estilo arquitectónico (la incorporación de cristales en las ventanas, lo que aumentaría la producción del vidrio). Habrá una creciente producción de carbón para tintes, sal por evaporación, jabón, etc. El carbón sería empleado como combustible en las viviendas. La minería de carbón ocupaba un lugar secundario, las grandes minas promovieron mucho capital y una avanzada tecnología. El carbón comenzaría a tener muchas más utilidades.
España

La visión historiográfica sobre las manufacturas españolas ha variado en los últimos años, algunos autores opinan que nunca despego y otros que no existió la decadencia, como el autor H.Kamen, entre otros.
Otros autores reconocieron el aumento en la producción alrededor del siglo XVI, de un modo cuantitativo y de poca calidad con respecto a Europa, pero si destacan el cambio del comercio que se dio. Del comercio con el Mediterráneo al comercio con América.
Otros autores dicen que en el siglo XVI la industria textil castellana era muy pujante en algunas zonas. Las manufacturas castellanas incorporaron novedades en las estructuras de organización, se crearon compañías que llevaban la industria y la comercialización a Europa, hubo casos de grandes industrias situadas en Burgos que fueron trasladadas a Amberes.
Segovia y su comarca eran el principal centro económico de Castilla. La pañería segoviana no se supo adaptar a las nuevas exigencias del mercado por lo que se producirá una decadencia de la industria. La solución seria importar productos más baratos del norte de Europa.
Granada y Valencia destacan por su industria sedera, muy importante en la Edad Moderna. L a rebelión de las Alpujarras y la expulsión morisca destruyó bastante esta industria.
El sector minero fue muy importante sobre todo en la zona norte de la Península, el País Vasco, en las minas de Somorrostro, en Bilbao . Se darán un fuerte impulso a la extracción del azogue. En las minas de Almadén trabajan los Fugger, en época de Carlos V. Sus archivos han permitido realizar buenos estudios; eran banqueros, prestamistas, etc. Pidieron las minas de Almadén a cambio del préstamo que realizaron al emperador y así ello se encargarían de la gestión. La industria privada estaba en la base del desarrollo económico de castilla , apoyada por la monarquía, al menos hasta tiempos de Felipe II.
Junto a la explotación minera, nos encontramos la industria metalúrgica y junto a ellos los convenios de artesanos que usaban hierros como materia prima. Productos de escasa calidad para el consumo local. También se destacara la industria de la orfebrería, con la fabricación de armas blancas y luego en manos de artesanos que muchas veces estaban controlados por el mercader (domestic system).
La industria bélica está destacada en la zona Cantábrica, en los primeros altos hornos. La más destacada será sin duda la construcción naval, potenciada en época de Felipe II.

jueves, 22 de enero de 2009

Comentario final sobre la economía moderna

Antes de que comenzara a cursar esta asignatura, Historia Económica de la Edad Moderna, ya me había en cierto modo preparado para especializarme en la rama de Historia Moderna a través de las optativas, una de las cuales ha sido esta asignatura. Mi visión de la Edad Moderna cambió drásticamente antes de que cursara esta asignatura, a lo largo de 2º. Antes de que llegara a la facultad la Edad Moderna era para mí un periodo en cierto modo glorioso tal y como lo veía en sus manifestaciones artísticas; una edad en la que la civilización europea comenzaba a dar pasos más sólidos hacia la contemporaneidad y sobre todo manifestaba una gigantesca riqueza cultural por lo que se podría decir que la Edad Moderna me entró por los ojos, como le entraría a un campesino analfabeto al contemplar las maravillosas y espléndidas iglesias barrocas. Evidentemente no todo fue visual, también la conocí a partir de lecturas hechas desde un punto de vista de alumno escolar interesado por la Historia cuyo interés no es algo que tiene que nacer en la madurez sino que tiene unos pasos previos. A medida que estudiaba la Edad Moderna la iba cogiendo más aprecio junto con la Edad Contemporánea, más al siglo XVIII, un siglo que para mí era de magnificencia y de paso hacia la edad actual, en la que se encontraba la Ilustración y muchos de los inventos e ingenios de la Edad Contemporánea que comenzaban a dar sus primeros y titubeantes pasos. Ante todo el cariño que tenía a la Edad Moderna se debió más a sus manifestaciones artísticas. Algo que también tenía en mente sobre la Edad Moderna fue un cierto desapego hacia la historia de España de la época de los Austria, lo veía como un periodo de gran decadencia, no en lo cultural, respecto a otros estados europeos.

Al llegar a 2º de carrera y dar Historia Moderna de manera troncal y optativa mi punto de vista cambió, la Edad Moderna se había convertido para mí en algo en cierto modo negativo. Por supuesto comencé a verla con los ojos de un historiador y no ya de un aficionado, la comencé a estudiar de un modo científico y analítico conociendo las distintas corrientes historiográficas y las opiniones que subyacen en ellas; pero el interés y ese “gustarme” se desvaneció al llegar a la conclusión a través de las clases de que era una edad volcada en la tanatosofía y que todo aquel que la viera de un modo idílico estaba completamente equivocado, esto último se me hizo ver a través de un ejemplo que llegó a mis oídos: en una encuesta realizada a un determinado número de ciudadanos estadounidenses en la que se preguntaba cuál hubiera sido el periodo de la Historia en el que más le hubiera gustado vivir y donde la respuesta con mayor porcentaje fue durante los siglos XV y XVI en Venecia, después quien habló de este ejemplo resaltó el error de esa respuesta, afirmando que si eso hubiera sido verdad hubieran muerto enseguida de algún tipo de enfermedad debido a la alta mortalidad de la época y que él personalmente nunca viviría en ese periodo. También esta persona resaltó que la Edad Moderna no es para nada un periodo glorioso. Es cierto que la Edad Moderna era un periodo de alta mortalidad, epidemias y guerras pero también tuvo cosas positivas a las que la Edad Contemporánea debe mucho. En 3º la opinión sobre la Edad Moderna general se hizo si cabe más negativa porque se resaltaba la corrupción y el estado moribundo del Antiguo Régimen, acusando al siglo XVIII, al cual todavía mantengo un cierto aprecio, el de ser un periodo de utopías y nunca de realidades. Todas estas visiones sobre la Edad Moderna son correctas pero también decepcionantes.

Cuando entré a 3º empecé a cursar esta asignatura dedicada a la economía de la Edad Moderna, en ella quizás por su poco carácter social o cultural, las visiones negativas comenzaron a estar más difuminadas y a ser menores en número, cosa que alabé en gran medida. Mis conocimientos previos de economía moderna procedían de 2º por lo que no empecé esta asignatura prácticamente desde cero y por lo tanto aprendí la economía de la época era muy egoísta, algo que he consolidado a lo largo de la asignatura, y que puso las bases de algo contemporáneo de gran importancia: la globalización, favorecida por los nuevos descubrimientos geográficos los contactos comerciales con prácticamente todos los continentes. Mi visión personal negativa sobre la Monarquía Hispánica durante el reinado de los monarcas Habsburgo ha continuado y el profesor personalmente me recomendó en vistas de ello la lectura de un artículo de Miguel Ángel Ladero Quesada sobre historiadores y personalidades que han hablado sobre la decadencia española y me siento en cierta manera identificado con ellos: no es una visión negativa sino una decepción muy grande por lo que la Monarquía Hispánica pudo hacer y no hizo; pero siempre ante todo hay que ser objetivo y también hay que resaltar que lo que ocurría por ejemplo económicamente en la Monarquía Hispánica no era ajeno al resto de Europa, allí también hubo decadencia como he podido comprobar en esta asignatura y también ese terrible afán de ascensión social oportunista egoísta corrupto resumido en la palabra avaricia, una avaricia sostenible gracias a que los únicos que se podían permitir esto eran un escaso número de personas, me estoy refiriendo por ejemplo a funcionarios de la Casa de Contratación o incluso de la V.O.C.; mas fuera de Europa la recuperación fue más rápida que la de la Monarquía Hispánica-España, sin embargo hay que tener en cuenta que ello se debió a que se tuvo que replegar sobre sí misma, más con la dinastía Borbón, y aislarse en cierta medida para poder arreglar y poner en marcha la economía del país, ello es posible que fuera consecuencia de la dolorosa experiencia de la etapa precedente en la que se vio como los metales preciosos de la Monarquía Hispánica salían de sus territorios rumbo a los depósitos de los diferentes bancos europeos con los que la Monarquía se había endeudado.

Mi trabajo sobre la V.O.C., la W.I.C. y la Casa de Contratación me ha hecho ver que los problemas administrativos no sólo eran propios de la Monarquía Hispánica y también ha reforzado mi idea sobre el egoísmo del mercantilismo, digo egoísmo porque en esta doctrina económica sólo se espera que tenga beneficios un Estado que a su vez entorpece a los demás configurándose áreas de monopolio que ante las exclusividad son violadas por los otros estados; es una doctrina parecida a la que luego se siguió en la época del imperialismo ya en el siglo XIX: hay un Estado manufacturero que sólo busca abastecerse de materias primas procedentes de otros territorios a los cuales se vende los productos manufacturados; aquí se ve la idea mercantilista de asegurarse un mercado fijo. Durante las clases de esta asignatura he visto que el desarrollo de la ganadería, la agricultura y la industria es muy relativo y de carácter local más que estatal, coincidiendo en un mismo territorio regiones con una importante industria textil con otras regiones que aún tenían una agricultura atrasada . Otro aspecto importante que he observado es que las doctrinas económicas y su práctica van ligadas al carácter propiamente patrimonialista del Estado moderno en el cual el Estado es el monarca tal y como afirmó Luis XIV y éste es el principal valedor de la economía y por lo tanto ve la economía del estado como su economía privada en la que el súbdito no tiene papel ni importancia, lo tienen los metales preciosos y posteriormente la muy elitista idea de la cantidad de tierras de la fisiocracia; no será hasta la llegada de Adam Smith cuando todo esto cambie convirtiéndose el individuo y no el monarca en la unidad principal económica. Aun así he de decir que la Edad Moderna, dentro de la economía y fuera de ella, está llena de contraposicones y ambigüedades, quiero decir con esto que no existe la unanimidad al analizar aspectos como la industria: siempre se critica el “atraso español” pero resulta que en la época de los Austria existían importantes ferrerías e industrias textiles en la Monarquía Hispánica; yo creo que eso es debido a que la generalización y la opinión uniforme sobre un periodo no puede ser correcta porque siempre hay excepciones, algo que el profesor muy positivamente nos ha hecho ver. La economía moderna es bajo mi punto de vista una economía muy parecida a la actual en ciertos aspectos pero que estaba dando sus primeros pasos y que si fallaba era principalmente por la escasa codificación legal económica y ese afán por el enriquecimiento personal ya sea de un funcionario de la Compañía de las Indias Orientales inglesa como de un bucanero. Para mí la asignatura Historia Económica de la Edad Moderna me ha insuflado más positivismo hacia la Edad Moderna y me ha hecho ver que la situación de la Monarquía Hispánica era mala pero no completamente y que ya había por entonces voces como la mía dolorida por el progresivo hundimiento de ese estado como la de los arbitristas que en ese dolor veían cambios para el Estado casi de aspecto fantástico.

Querría destacar que como la propia vida, en el estudio de la Historia también se aprende de los errores y que la culminación exitosa de un proyecto pasa por algunos fracasos y esto en sí no es sino un proceso de maduración en el que, en este caso, las decepciones sobre la Edad Moderna sean más bien pasos hacia una mayor y exitosa forma de entenderla y analizarla.

jueves, 8 de enero de 2009

Sobre la agricultura en las Islas Británicas

Es preciso señalar cómo fueron esos cambios revolucionarios durante la Revolución Agrícola en las Islas Británicas como el cercamiento de tierras cuyas ventajas y desventajas no eran para nada nuevas y precisamente en el siglo XVI creó cierto malestar social asociado al temor propio de la época a los cambios. Sin embargo en East Anglia esas grandes innovaciones se habían venido desarrollando desde la Edad Media, en esta área precisamente desde los años sesenta del siglo XVII hasta 1720 el cultivo de nabos y tréboles creció de un 1,6 a un 52,7%; y para mediados del siglo XVIII el sistema Norfolk estaba ampliamente extendido por Inglaterra. La continuidad del cambio también se puede enfatizar en áreas como Aberdeenshire donde las innovaciones introducidas en el siglo XVIII respecto a la propiedad de la tierra ya habían sido probadas en el siglo XVII como la reducción de los múltiples arrendamientos o la conmutación de rentas en especie. Sin embargo otras áreas de las Islas Británicas permanecieron atrasadas con una pequeña evolución técnica incluso a lo largo del siglo XVIII como Cornualles que hasta los años 80 del siglo XVIII tenía una agricultura estancada a pesar de haber tenido tempranamente un importante cultivo de patatas o North Yorkshire donde el terreno pantanoso dificultaba la puesta en práctica de las nuevas técnicas agrícolas a pesar de los esfuerzos de Arthur Young. La desaparición del cultivo extensivo no será hasta la segunda oleada de cercamiento de tierras entre 1793 y 1815. La agricultura especializada hasta los años 60 del siglo XVIII no estuvo acorde con los mercados nacionales pero sí con los locales, además el cambio casi radical de la fisonomía del cultivo y todos sus anexos no estaba al alcance de todos los granjeros, menos los pequeños que carecían de capital o voluntad para realizarle. Otra importante rémora para la introducción de novedades era el analfabetismo. Hasta mediados del siglo XVIII las innovaciones agrícolas tuvieron un limitado impacto. Esta agricultura desarrollada sin embargo no estuvo acorde con el crecimiento demográfico a principios del siglo XIX y por ello el Reino Unido tenía que buscar esa demanda de alimentos en Europa continental y no será hasta el desarrollo de la refrigeración, el barco a vapor y las latas cuando empiece a buscarlos en Norteamérica, Argentina, Australia y Nueva Zelanda.
También es importante señalar que en Escocia aparecieron figuras que defendieron el cultivo de plantas forrajeras como William Cullen, sir Archibald Grant de Monymusk y Alexander Murray y que las áreas con mayor desarrollo agrícola fueron las Highlands debido a que tras el fin de las Revueltas Jacobinas protagonizadas por Bonnie Prince Charlie en los años 40 del siglo XVIII el régimen de los clanes se recompuso y sus campesinos arrendatarios fueron trasladados a la costa para dedicarse al cultivo de pequeñas granjas, la pesca o recogiendo algas para ser utilizadas como fertilizantes, por lo que las tierras de las Highlands pasaron a ser áreas dedicadas al ganado ovino. En Irlanda durante el siglo XVIII la tradicional ganadería se desarrolló más exportando carne y mantequilla a Gran Bretaña y sus colonias procedente de explotaciones pertenecientes a una minoría protestante; mas el producto de exportación irlandés más valioso por entonces eran los tejidos de lino producidos en su mayoría en Ulster por "campesinos tejedores". En Irlanda predominaban las pequeñas propiedades arrendadas en las que se desarrolló enormemente el cultivo de patatas como regeneradoras del suelo y como alimento lo cual disminuyó el riesgo de hambrunas hasta el siglo XIX. No hemos de olvidar que el desarrollo de la agricultura forma parte de un complejo sistema interactivo de impulsos internos y externos.
Extracto del tema La Revolución Agrícola de Jeremy Black de la Universidad de Exeter en:
-VV.AA.: "The Penguin Illustrated History of Britain and Ireland. From earliest times to the present day". Italia, Penguin, 2ª edición, 2004; 320 páginas.

miércoles, 7 de enero de 2009

Producción Industrial. Gremios y Domestic System

18Dic08

Me fue imposible acudir a la última clase teórica impartida antes de las vacaciones de Navidad. Si bien, consciente de que era yo la encargada de completar el blog aquella última semana, pedí a Nathalie que me informara de lo que se había hecho en clase. En función de las notas que me dejó, he seguido el siguiente esquema, completado con información de:
FLORISTÁN A. (coord.): Historia de España en la Edad Moderna. Ariel, 2004. Aunque éste no consta de un apartado de economía específico del que extraer información más completa, sí posee pequeños “subapartados” a lo largo de los diferentes temas que desarrolla, que son interesantes y útiles para el objetivo que me ocupa.
Por otro lado, en función de lo que me ha dicho Nathalie y de lo que yo he podido observar, en clase no se desarrollaron los temas de forma muy extensa y quedan cosas por aclarar, que seguro se verán en próximas clases. Además, el día 19 de diciembre se empleó para hacer las exposiciones de grupo, lo que ocupó todo el tiempo, impidiendo así ahondar en las explicaciones. Es esta la razón por la que esta entrada es menos extensa que otras hechas anteriormente.
Después de estas aclaraciones, paso a transcribir lo obtenido entre notas y mi ampliación personal:

Producción industrial

1. Organización de la industria
a) Gremios – Regulación
b) Domestic System. Trabajo a domicilio – Protoindustria
c) Fábricas
2. Modelos europeos de producción
a) Inglaterra
b) España
c) Francia
3. Producción en los siglo XVI, XVII y XVIII

A lo largo del siglo XVI se extienden los mercados y articulan las finanzas a nivel supranacional. Además, aparecen nuevos productos destinados a la ostentación de los poderosos; muestra de ello es el aumento de la demanda del retrato. Estas pautas de consumo empiezan a darse en el Renacimiento y es a partir de entonces (y de forma progresiva durante los siglos XVI, XVII y XVIII) cuando la industria adquiere más importancia, aunque el sector mayoritario sigue siendo la agricultura.

1. Organización de la industria

a) Gremios

Los gremios eran organizaciones economico-sociales que agrupaban a los artesanos del mismo oficio en las ciudades de la Edad Moderna. A continuación se exponen las características que los definían:
Dominaban la producción de materias primas, asegurándose de dar calidad a los productos y de regular sus precios. Sobre esta producción Existía un proteccionismo exacerbado, gestionado por un grupo de oficiales que se organizaban en base a una profunda jerarquización:
· Maestros: Dueños de talleres
· Oficiales: Trabajadores en los talleres de los maestros, que contaban con experiencia y podían aspirar a ser maestros pasando un examen estipulado por el propio gremio.
· Aprendices: Trabajadores en los talleres de los maestros, con una categoría menor que la del oficial. Si normalmente los talleres se organizaban en el ámbito familiar, los aprendices solían ser ajenos a la familia y procedentes de aldeas de la comarca; se les hacían contratos formalizados ante un escribano público.
Se organizaba por la junta de maestros de taller, y sus autoridades actuaban como interlocutores con el gobierno municipal y con otras autoridades y corporaciones de la ciudad. La regulación a la que se sometían era muy estricta y gracias a ella cada uno de los gremios poseía el monopolio de un determinado sector: zapateros, curtidores, etc. Como ejemplo y recuerdo de este tipo de organización tenemos muchas calles de Madrid, que recibieron su nombre en función del grupo de artesanos que trabajaban en ellas.
Por otra parte e independientemente de su carácter de organización económica, los gremios tenían mucha importancia a nivel social, ya que cumplían funciones de ayuda y protección hacia sus miembros. Por ejemplo, la mujer de un artesano era mantenida por el gremio a la muerte de su marido. Además, se organizaban como cofradías que, entorno a la figura de un santo, tenían una función solidaria.
No menos importante era el hecho de que pertenecer a un gremio otorgaba identidad, dentro de una sociedad en la que la inclusión en un grupo era de suma importancia.
Se ha dicho que fueron decayendo a lo largo de la Edad Moderna, pero también es cierto que en el siglo XVIII todavía había gremios fuertes. En Madrid, los cinco gremios mayores tuvieron gran importancia en la época de los Borbón, con una participación muy activa. De hecho, las ordenanzas de las que se dotaron a lo largo de los siglos XVI y XVII no decayeron en el XVIII.
En Francia, Colbert consideró que todos los artesanos debían formar parte de un gremio, y en España, los Reyes Católicos se encargaron de reorganizar los gremios, que a lo largo del siglo XVI crecieron en número.
Teniendo todo esto en cuenta, tal vez sería más oportuno afirmar que no existe tal decadencia, al contrario de lo que se ha considerado tradicionalmente, sino que con el tiempo los gremios tuvieron que adaptarse a las nuevas estructuras políticas. J.A. Nieto Sánchez afirma esto en un estudio hecho en 2006.
Es cierto, por otro lado, que para muchos ilustrados los gremios suponían un obstáculo para el progreso, pues se regían muchas veces por normas establecidas en la Edad Media. En España, por ejemplo, a lo largo del siglo XVIII y en especial durante el reinado de Carlos III, se fueron creando medidas destinadas a socavar los privilegios de los gremios.

b) Domestic system

El domestic system es un sistema de producción que se desarrolla en la Edad Moderna y que consistía en dar a las familias campesinas un trabajo manual para hacer en su casa a cambio de un salario, para después recogerlo y venderlo a través de un mercader. Esta definición lo relaciona con el mundo rural; sin embargo, a pesar de lo que se ha sostenido desde hace 10 ó 15 años, también los gremios subcontrataban trabajo de este tipo, luego también estaba relacionado con la ciudad. De hecho, en muchas ocasiones el trabajo se terminaba en los núcleos urbanos. Si bien, hay que señalar que en algunos lugares los gremios fueron reacios a trasladar la producción de manufacturas al campo, como ocurrió en muchos casos en la Península, a diferencia de lo que ocurrió en Francia, Inglaterra y Holanda en la misma época.
Este sistema, que tenía numerosas variantes y se extendió a lo largo del siglo XVI por toda Europa, especialmente por Países Bajos, Inglaterra y Castilla, requería que el mercader tuviera información y conocimientos determinados sobre los mercados a los que quería acceder para asegurarse la venta de los productos que ofrecía.
La mayor parte de los sectores industriales recurrieron a este sistema, en el que cabían las relaciones personales, en el que el mercader hacía préstamos de dinero, haciendo que fluyera el crédito e inyectando capital, lo que constituía un aporte muy importante.
A lo largo del siglo XVI aumentan los precios. Esto trae consigo dos consecuencias:
- Por el lado de la oferta, los mercaderes ven aumentado su beneficio.
- Por el lado de la demanda, la subida de precios conlleva una pérdida del poder adquisitivo que hace a la población acudir a productos más baratos en detrimento de la calidad. De ahí que en la Península creciera el consumo de nuevos paños, new droperies, estambreras, etc, procedentes del extranjero, pero más convenientes en cuanto a la relación calidad-precio
Se ha determinado que el domestic system es un precedente de la protoindustria, aunque al respecto hay varias teorías. Éstas han puesto en duda el concepto de Revolución Industrial como un movimiento rápido, que tuvo lugar en un corto período de tiempo.