domingo, 30 de noviembre de 2008

Continuación del epígrafe del mercantilismo

Con el “crack” de la Bolsa de 1929, la depresión subsiguiente y el nacimiento de los Estados totalitarios el estudio del mercantilismo creció y en este contexto Heckscher escribió “El mercantilismo” (1931), una obra clásica. A esta obra le surgieron críticas, la mayoría procedentes del mundo anglosajón como las de J. Viner o D. Coleman que criticó a Heckscher que considerara al mercantilismo una escuela y que sólo estudiara el mercantilismo en Francia e Inglaterra; para ambos autores el mercantilismo es una invención hecha “a posteriori”, además su obra se enmarca en la Guerra Fría, no apoyaban al mercantilismo como una escuela económica coherente. Sin embargo en 1994 Magnusson reivindicó la validez del término “mercantilismo” para referirse a la economía de los siglos XVI y XVII.

Variantes internacionales del pensamiento económico de los siglos XVI y XVII:
Castilla: Aquí el mercantilismo se identifica con arbitrismo, el arbitrismo constituyó una práctica propia de los siglos XVI y XVII y consistía en que una persona elevaba un memorial o arbitrio al rey o unas instituciones determinadas sobre un problema económico reflejando sus soluciones. El arbitrista denuncia los males del país. Los arbitristas no representaban ningún tipo de pensamiento económico homogéneo, todo lo contrario; tampoco pertenecían a un grupo social específico, el arbitrista ofrecía consejo (“consilium”) a su señor siendo esto uno de los principales deberes de un buen vasallo o súbdito feudal junto con el “auxilium”. A cambio del consejo, el arbitrista esperaba una merced. Esto se integra dentro de las relaciones de la monarquía con sus vasallos, el arbitrismo tenía unos fundamentos últimos que no eran modernos. Luis Ortiz, Álvarez Osorio, Caxa de Leruela o Juan de Mariana (1536-1624), jesuita, teólogo e historiador padre del tiranicidio y defensor del absolutismo de carácter ascendente, publicaron en la Monarquía Hispánica los arbitrios más importantes; hubo arbitrios disparatados aunque nos han llegado los serios. El arbitrismo servía para poner en marcha el aparato administrativo: el arbitrista quiere hacer llegar su memorial al rey a través del Consejo de Castilla donde conoce a algunos de sus miembros que serán valedores de su memorial que en ocasiones reflejaba los intereses de un grupo aunque estuviera firmado por una persona). En sus escritos aparecen temas como la decadencia debida en parte a un gran fenómeno rentista que persistiría a lo largo de los siglo y Cadalso criticaría ya en el siglo XVIII en su obra “Cartas marruecas”, la presión fiscal, las continuas guerras, la salida de los metales preciosos, etcétera. Ellos reflejan una percepción subjetiva en la que lo importante es ser premiado por el rey. En la actualidad la crisis del siglo XVII se está matizando, ya que su estudio procede del estudio de los escritos de los arbitristas, ahora se defiende que la situación económica en la Monarquía Hispánica del siglo XVII no era tan dramática. Hubo industrias que superaron la crisis del siglo XVII, apareciendo incluso industrias de carácter rural relacionadas con el “verlagsystem”, un sistema por el cual los comerciantes fomentaban las manufacturas en el medio rural para escapar de los encorsetados gremios urbanos siendo uno de los elementos que llevaría a la Revolución Industrial y llevaría a la aparición en el Reino Unido de ciudades como Birmingham en lugares que hasta el siglo XVIII eran importantes espacios rurales donde el “verlagsystem” estaba muy extendido. A la hora de abordar el pensamiento económico en la Monarquía Hispánica en los siglos XVI y XVII también llevan a estudiar el siglo XVIII, un siglo en el que nacieron los proyectistas que fueron más precisos, mejor formados y con un pensamiento más sistematizado que los arbitristas. Los proyectistas del siglo XVIII eran poblacionistas, proponían el restablecimiento de los procesos productivos y de la industria; proyectistas famosos fueron el gran ilustrado gijonés Jovellanos (1744-1811), Cabarrús, el criollo limeño Pablo de Olavide (1725-1803) que desarrolló la fallida repoblación de los alrededores de Sierra Morena con colonos centroeuropeos dando origen a localidades como La Carolina o Bernardo Ward que escribió un proyecto económico proponiendo soluciones y fue uno de los ideólogos del sistema radial de carreteras español. Los proyectistas se consideraban descendientes de los arbitristas pero con más capacidad que aquéllos. El proyectismo criticó la ociosidad, el mayorazgo, los censos, es decir, varios de los pilares fundamentales del absolutismo.

Inglaterra: El pensamiento económico inglés del siglo XVII fue muy heterogéneo, los autores más característicos buscaban repuestas a cuestiones y problemas particulares, no se plantearon solucionar el sistema económico existente. En el caso inglés podemos dividir el pensamiento en 4 grandes líneas: balanza comercial favorable defendida por Malynes, Misselden y Mun; balanza comercial faborable en términos de empleo defendida por Cary y Child; tipos de interés defendida por Child y John Locke (1632-1704) el gran teórico de la monarquía parlamentaria británica y creador junto con Montesquieu del liberalismo moderno y afán de cuantificación defendida por Petty. La balanza comercial favorable considera que esta balanza sería la solución a la falta de metales preciosos en Inglaterra, defendía el sector secundario y el terciario refiriéndose al comercio para importar metales preciosos. La balanza comercial favorable en términos de empleo defendía la necesidad de importar metales preciosos y que al exportar más se crearía más empleo por la mayor producción que se necesita ante tal volumen de exportaciones, es la idea de que el empleo genera riqueza, esta idea llegó a uno de los grandes teóricos del capitalismo el escocés Adam Smith (1723-1790) a través de Robert Cantillon. En el siglo XVII tenemos autores que comienzan a pensar de un modo diferente, Cary y Child defendían algo mercantilista pero con la intención de crear más empleo. Adam Smith bebió de fuentes del mercantilismo, no sólo fue influido por los fisiócratas. La doctrina de los tipos de interés tenía como figuras destacadas a John Locke y a Child que consideraban que se debía reducir el precio del dinero, lo cual aumentaría la masa monetaria y ello bajaría el interés, esta doctrina surgió en un momento pesimista en Inglaterra en la economía debido al malestar provocado por la competencia holandesa, la Gran Peste y el Gran Incendio de Londres, ambos en 1666, enmarcados en el reinado de Carlos II Estuardo, rey inglés con tendencias absolutistas y procatólicas cuyo padre, Carlos I, fue ejecutado durante el periodo cromwelliano en el que el comercio inglés comenzó a expandirse. La doctrina del afán de cuantificación tuvo como principal figura a William Petty (1623-1687), al cual cuesta considerarle mercantilista por su desinterés por la balanza comercial, fue miembro del Parlamento y cofundador de varias instituciones culturales como la Royal Society, era muy conocido en los ambientes intelectuales, escribió “Aritmética política” en la que propuso una medición de la realidad y la economía a través de números, pesos y medidas; algo muy relacionado con el contexto de la Revolución Científica en las Islas Británicas.

Francia: En el caso francés nos vamos a encontrar dos pautas del estudio del mercantilismo en Francia en el siglo XVII, los pensadores franceses buscaron la autosuficiencia del país en su pensamiento económico y el fomento de las manufacturas. Con autores como Laffemas, Montchrétien y Jean-Baptiste Colbert (1619-1683) gran ministro de finazas de Luis XIV que reinó de 1643 a 1715 y creador de una variante del mercantilismo que se conocerá como el cobertismo. Los dos primeros escribieron a finales del siglo XVI y principios del XVII. Buscaban la autosuficiencia del país porque Francia estaba casi completamente rodeada por la Monarquía Hispánica. La monarquía francesa con Enrique IV, que reinó de 1589 a 1610, sufrió un proceso de organización; pero con Colbert la idea de autosuficiencia de Francia fue más allá, destacó por el fomento de las manufacturas protegiendo la industria propia y así Francia tendría acceso al oro y plata al vender más, Colbert partía de una idea de riqueza estática, procedió a poner unos fuertes aranceles a los productos manufacturados exteriores, creó reales fábricas que se implantarían en España con la llegada de los Borbón que daría lugar a manufacturas como la de La Granja o la del Buen Retiro. Las reales fábricas son lo más novedoso de Colbert, eran fábricas grandes con numerosos privilegios tendentes al estatus de monopolio, buscando abastecer al mercado francés y el de exportación. Una de las fábricas más famosas era la de los Gobelinos de tapices en París. El mercantilismo francés responde a unas circunstancias coyunturales, buscando objetivos políticos antes que económicos.

Holanda: Hay dos temas principales, en primer lugar el interés por el comercio con un proteccionismo moderado e incluso habrá autores que defiendan la libertad de comercio y en segundo lugar los tratados bursátiles, cabe citar que la primera bolsa del mundo se creó en Amsterdam. Joseph de la Vega destacó en los temas bursátiles, un judío de origen sefardí que escribió “Confusión de confusiones” de 1668 que es considerado como el primer tratado de operaciones bursátiles de la historia, un libro que tiene una clara intención ético-religiosa para poner en orden las transacciones de la Bolsa de Ámsterdam, en realidad es un escrito que viene a denunciar las prácticas bursátiles, un tratado que parte de la observación. El tema relativo al comercio tuvo como protagonista a Hugo Grocio o Hugo van Groot (1583-1645), gran jurista, historiador y politólogo que tiene un escrito de 1609 titulado “Mare liberum”en el que defendía la libertad de navegación y comercio por todo el mundo, en una época en la que el mercantilismo estaba en pleno apogeo y en el que se firmó la Tregua de los Doce Años entre la Monarquía Hispánica y las Provincias Unidas. Hugo Grocio esperaba influir en las negociaciones y asegurar la libertad de comercio de las Provincias Unidas con las Indias Orientales, futura área de expansión colonial holandesa, intentaba también ablandar las restrictivas leyes inglesas respecto a la pesca; Grocio defendía una teoría que convenía a los holandeses como amos que eran por entonces del comercio. La obra de Grocio distaba de los postulados mercantilistas.

El pensamiento económico fue muy heterogéneo y buscaba fortalecer a sus países de origen.

1 comentario:

cantuel69 dijo...

Vuestro blog es muy completo y me está ayudando mucho a seguir la asignatura ya que por motivos laborables he tenido que faltar various dias. Por otra parte el trabajo que estais realizando es muy nteresante como pude observar en la última exposición.