domingo, 19 de octubre de 2008

Eva Ramos. T.1.Introducción/T.2.Nacimiento y desarrollo de la Historia Económica.


Soy yo la encargada de hacer la primera entrada del blog que hemos querido llamar “Historia económica de la Edad Moderna”, en el que participaremos en semanas alternativas los cuatro miembros del grupo “Países Bajos”.
En primera instancia me he ceñido a transcribir las notas tomadas en las clases de las últimas dos semanas, pero hasta el próximo jueves intentaré añadir algunos datos más sobre puntos que creo que merecen mayor detenimiento.

9/10/2008

I. INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA ECONÓMICA

1. Introducción

La economía de la Edad Moderna es compleja, si tenemos en cuenta que en ella confluyen diferentes aspectos, procedentes tanto de la economía de régimen feudal, como de las nuevas formas económicas que nacen entre los siglos XVI y XVIII.
Aunque los fenómenos económicos tienen lugar a lo largo de toda la Historia, no es hasta la Edad Moderna cuando se comienza a reflexionar sobre ellos. Si bien, todavía no se concibe la Economía como ciencia, sino como parte de la Política. Sería en el siglo XIX cuando, en el contexto de los nuevos Estados liberales, se haría una compartimentación de ambos pensamientos (el económico y el político).
Cuando reflexionemos acerca de la economía moderna, será necesario salir del pensamiento económico actual, de forma que podamos comprender desde un punto de vista más adecuado su funcionamiento.
En un primer momento, se pensó que la economía moderna estaba regida por un sistema capitalista (aunque esta afirmación no ha sido nunca compartida por todos los investigadores). Según P. Kriedte, existe una característica muy destacada en el comportamiento de los mercaderes y comerciantes de la Edad Moderna: la búsqueda del beneficio, lo que se corresponde con una de las premisas de los sistemas capitalistas.
Por otra parte, podría decirse que es en esta época cuando comienzan a vislumbrarse los principios de la globalización. La expresión inglesa first global age (“primera edad global”) hace referencia a esta afirmación y usa como argumento la ampliación de territorios que experimentaron algunas naciones europeas en estos siglos y que fue acompañada del crecimiento de los diferentes mercados.
Un ejemplo de ello es la llegada de plata de América, que propició la concesión de un mayor número de créditos, el aumento del tránsito de personas y el crecimiento del intercambio de información. Gracias a esto último la esfera pública se hizo accesible a un mayor número de personas.
Sin embargo, no podemos olvidar que siguieron vigentes algunas formas medievales. En el ámbito religioso, por ejemplo, el beneficio seguía siendo considerado como una usura y, por tanto, como un pecado, especialmente en los siglos XVI y XVII.
En cuanto a las instituciones (y seguimos para explicar esto la teoría de Douglas North, máximo representante de la corriente neoinstitucionalista), en la Edad Moderna se produjo una mejora muy importante, que fue básica para llegar a una sociedad de libre mercado, en la que el Estado interviniera lo menos posible. Según esta corriente de pensamiento, el intervensionismo estatal sería un paso hacia atrás en la economía.
La historiografía whig, desarrollada en la Inglaterra del siglo XIX, sostenía que la mejora de las condiciones de financiación de la monarquía inglesa había tenido lugar gracias al desarrollo del Parlamentarismo inglés.
Wallerstein diseña en una serie de obras un modelo de estructuración para las economías moderna y contemporánea. Afirma que la economía moderna sólo podía aparecer cuando el monarca tomaba el poder desde la centralización, cosa que venía dada por el Capitalismo.
Según él, existía un centro económico que ejercía su poder sobre el espacio circundante, que era dependiente. El siguiente nivel espacial tenía varias economías “semidependientes”. Los países situados en el centro de la estructura tenían sistemas capitalistas desarrollados y representativos.
De esta forma, el crecimiento económico en la Edad Moderna fue “polinuclear”, con pautas de crecimiento que no tenían por qué coincidir.

10/10/2008

2. El nacimiento y desarrollo de la Historia Económica

La Historia económica está muy introducida en las Ciencias Sociales, ya que parte del siglo XIX. Se dedican a ella tanto historiadores como economistas, lo que refleja una doble tradición de enfoque muy distinto. Esto es importante, ya que la disciplina a la que queremos acercarnos puede verse desde dos puntos de vista.
La Historia económica debe utilizar métodos y técnicas de la Economía, sin olvidar el análisis histórico. Siguiendo a J. Schumpeter (autor austriaco del primer tercio del siglo XX), damos cuatro características a la Historia económica:
a) Tiene carácter relativo, ya que en Economía no se aceptan normas universales.
b) La Economía es una ciencia heterónoma (es decir, que depende de otras), por la unidad misma de la vida social y correlación de elementos políticos, culturales, sociales y económicos.
c) Las acciones de los hombres obedecen a muchos motivos, luego considerarlos como económicamente lógicos proporciona una visión muy reducida.
d) Se deben combinar los casos individuales con las conclusiones colectivas.

16/10/2008

Metodológicamente, es necesario poseer nociones de Estadística y otras ciencias para acercarse adecuadamente a la Historia económica. Para aplicar esto no hay que presentar datos numéricos sin más (aunque también son valiosos), sino que deben ser explicados. La cuantificación es un proceso muy delicado, por ello hay que ser crítico con las fuentes que se emplean y tener una base de conocimiento.
Por otro lado, hay que saber que la Historia económica de la Edad Moderna cuenta con fuentes que no pueden ser interpretadas desde el punto de vista del siglo XXI, sino que hay que comprender su significado y sentido modernos. Por esto, la Estadística es muy útil, pero hay que aplicarla con mucha precaución.
Durante los siglos XVIII y XIX se afianzó un término que se ha ido perdiendo: Economía política. Hubo muchos tratados al respecto en el siglo XVIII, en los que se hacían reflexiones profundas sobre economía. El tema fundamental era la Economía de los Estados. Algunos autores básicos al respecto son Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx.
Desde mediados del siglo XIX se desarrolla una escuela básica: la escuela alemana. Ésta tiene gran importancia para el nacimiento de la Historia como ciencia. Ranke fue un autor clave. Desde él se concibe el estudio del pasado como una estrategia para conocer con exactitud los acontecimientos. Señala que la Historia podría ser un conocimiento del todo “objetivable” al que se llegaría mediante un método. Ese conocimiento objetivo sería la descripción de documentos. Así, con este autor la Historia se dotó del método de la transcripción documental y, de hecho, en Europa crecieron las colecciones documentales en el siglo XIX.
Al mismo tiempo, desde la Economía se seguía avanzando. La escuela económica alemana se interesó mucho por la Edad Moderna y, concretamente, por el Mercantilismo. A mediados del siglo XIX éste era el tema de moda. La razón se encuentra en el auge del librecambismo inglés y en el proceso de creación del Estado alemán: había que revalorizar el pasado de Alemania en un momento de esplendor. Por ello se acudió a los siglos XVI y XVII, a la figura de Carlos V y al Mercantilismo, cuyo intervensionismo estatal contrastaba con el sistema inglés. Esto se enlaza con el trabajo de Ranke.
Además, en el siglo XIX existía una idea clave que arrancaba del siglo XVIII: el Progreso. Según esta premisa, la Humanidad iba pasando por estados sucesivos hasta alcanzar un fin concreto: la felicidad. El nacimiento de las ciencias tiene que ver con esta idea, ya que cuanto más se progresara en el ámbito científico, más progresaría el hombre. Era una visión muy optimista del mundo que explica el creciente interés por la economía del pasado, entre otros temas.
Sin embargo, la idea del Progreso quebró en la I Guerra Mundial, cuando el desastre hizo perder la creencia en un mundo cada vez mejor.
Afortunadamente, en 1929 nació una escuela histórica que reivindicó el estudio de la Historia económica, hecha hasta entonces por economistas: la escuela de los Annales, compuesta por tres generaciones. Gracias a ella, de una Historia política y diplomática se pasó a una Historia económica y social, por lo menos en Francia. Su deseo no era narrar, sino explicar y, para ello, habría que ir a los fundamentos últimos de las diferentes civilizaciones.
La primera generación queda representada por L. Fèbure y M. Bloc, fundadores de la revista Annales, en la que explicaban los fundamentos de la nueva Historia. Ellos crearon la Historia económica como una disciplina de enorme peso. Fue en los años 50 y 60 del siglo XX cuando ésta experimentó sus mayores progresos, fundamentalmente a partir de tres escuelas:
· La segunda generación de Annales, con Braudel como representante principal. Según él, la Historia se dividía en un tiempo largo (que permitía conocer las raíces últimas de los hombres, con la Geografía como gran protagonista, de importancia trascendental), un tiempo medio (compuesto por la Historia económica y social, que no era atemporal como la Geografía, sino que vivía una evolución a pesar de su perdurabilidad) y un tiempo corto (que era la Historia política, útil para entender cuestiones puntuales). La Historia económica creció mucho a partir de entonces, gracias a la importancia que otorgaba este autor.

17/10/2008

· La escuela marxista, fundamentalmente británica. En ella, las ideas de Marx son asumidas por la Historia, que trata de explicar la evolución de la sociedad usando el lenguaje de Marx y Weber: hablaban de la existencia de modos de producción como el esclavista (propio de la Edad Antigua), el feudal (que se extendía desde la Edad Media hasta el siglo XVIII), etc.; y de unas relaciones de producción siempre desiguales hasta la llegada e implantación del Socialismo.
En el marxismo británico tiene lugar un debate importante: la transición del Feudalismo al Capitalismo. En 1945 empieza una polémica entre dos autores muy importantes de esta corriente: Dobb y Sweezy. El primero de ellos consideraba que el germen del Capitalismo estaba fuera del sistema feudal; el segundo, en cambio, establecía las raíces últimas del Capitalismo dentro del propio sistema feudal. Este debate dio lugar a una producción literaria muy amplia en torno al tema.
R. Brenner, por otro lado, dio vida a un debate que tuvo poca repercusión en España, pero que fue fundamental en la Historiografía de los años 70 del siglo XX. Él señaló que no eran condiciones meramente económicas las que estaban detrás del Capitalismo, sino que su nacimiento seguía a una variación en las relaciones sociales. A partir de esta afirmación aparecieron muchos títulos relacionados con este tema. También es importante de entre los autores marxistas E. Thompson.
· La Cliometría, propia de los Estados Unidos. Esta escuela utiliza de forma radical la “matematización” para hablar de Historia: cuadros, gráficas... Son capaces de reducir el estudio de la Historia a una serie de números y fórmulas que permiten llegar a una realidad objetiva. Dan así explicaciones muy calculadas de lo que habría podido suceder. Esta tendencia nació con Fogel y Meyer, en los años 60 y 70 del siglo XX. Fogel llegó a una conclusión deslumbrante en su estudio sobre la economía de los ferrocarriles americanos: los ferrocarriles apenas habían influido en el desarrollo de la economía de Estados Unidos. Esta afirmación dio lugar a un vivo debate. Para elaborar su teoría, el autor introdujo en su estudio datos que no se habían dado, para establecer que habría podido pasar si las cosas hubieran sido diferentes: hacía Historia “contrafactual”.


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